
Estadio Nacional: la historia de un centro de detención en dictadura convertido en sede de los Juegos Panamericanos 2023

Por: Felipe Mery Tapia & Alexandra Tabilo Aedo.
Durante la dictadura del general Augusto Pinochet, el Estadio Nacional se utilizó como lugar de detención y tortura, dejando un legado de opresión y dolor. A pesar de ser conocido por sus eventos deportivos, como el Mundial de 1962 y la obtención de la Copa América, e incluso por albergar mega conciertos o visitas de personajes emblemáticos, también se convirtió en un ícono de la represión durante el Golpe de Estado de 1973 en Chile.
A 50 años de la conmemoración del Golpe de Estado, el Estadio Nacional será una de las once sedes que tendrán los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos 2023, que se desarrollarán del 20 de octubre al 26 de noviembre.

Hugo Silva (20), es seleccionado nacional parapanamericano de Basketball en silla de ruedas. A cuatro años de haber comenzado a entrenar, confiesa que se siente orgulloso del camino que ha recorrido junto a su equipo, pese a su limitación física: “Es un sueño hecho realidad, por lo mismo he intentado sacarle el máximo provecho a esta experiencia (…) Si bien, hay miedos, más cuando uno nace con una discapacidad, uno debe aprender a soltarlo”.
Asimismo, el basquetbolista destacó “la importancia de recordar el pasado del Estadio Nacional y aprender de él para evitar repeticiones. A pesar del tiempo transcurrido, siente que los Panamericanos son un recordatorio vivo de la historia de Chile”, reflexionó Silva, seleccionado que competirá en el recinto deportivo.
Rafael Sagredo (64), académico de Historia y Geografía en la Pontificia Universidad Católica de Chile y reconocido con el Premio Nacional de Historia 2022, analizó el termómetro sociopolítico que rodea al Estadio y a los chilenos a menos de tres días de la conmemoración del Golpe.
“Es importante distinguir entre los medios de comunicación, la clase política y la ciudadanía. Aunque los medios pueden dar la impresión de polarización, la gente común muestra menos división. El Golpe es un tema delicado, con un consenso abrumador sobre su violencia, salvo en algunos sectores de derecha que justifican el golpe”, puntualizó Sagredo.
Un grito a la memoria
El Estadio Nacional de Santiago es un amplio complejo deportivo que incluye una cancha de fútbol con gradas para unos 48 mil espectadores. En esa zona se alojaron a los prisioneros, mientras que el velódromo del sitio se utilizó para llevar a cabo los interrogatorios.
Según consignó la Cruz Roja Internacional (CRI), “solo hasta el día 22 de septiembre de 1973, había 7.000 detenidos”. El informe agregó que hubo entre 200 y 300 extranjeros de diversas nacionalidades. Miles de presos, provenientes de distintos lugares de la Región Metropolitana fueron trasladados al lugar.
Infografía Nota 4 de FELIPE MERY TAPIARolando Álvarez, académico del departamento de Historia de la Universidad de Santiago con doctorado y magíster en historia, analizó cómo, a 50 años del Golpe, el Estadio Nacional simboliza distintos matices en la memoria chilena:
“El Estadio Nacional simboliza las dualidades de Chile, con logros deportivos y un oscuro pasado de tortura, detenciones, desapariciones y muertes. Refleja la historia del país, con sus altibajos, unidad y conflictos, tras el 11 de septiembre de 1973”, profundizó el historiador.
Sin embargo, al momento de evocar el Estadio Nacional y los momentos que alberga, recordó a su padre, quien fue prisionero del recinto en dictadura: “Mi padre estuvo detenido en el Estadio Nacional desde el 18 de septiembre de 1973 hasta el 6 de noviembre de ese mismo año, que cuando fue cerrado porque se iba a jugar supuestamente el partido entre Chile y la Unión Soviética (…) A pesar de ello, mi padre siempre promovió la reconciliación y la valoración de su importancia, ya que lo consideraba un lugar compartido que debe recordar su historia, concluyó el experto.
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